Las células adultas de las plantas se distinguen por algunos rasgos de otras células eucariotas, como las células típicas de los animales o las de los hongos,
por lo que son descritas a menudo de manera específica. Suele
describirse con los rasgos de una célula del parénquima asimilador de
una planta vascular;
pero sus características no pueden generalizarse sin más al resto de
las células, meristemáticas o adultas, de una planta, y menos aún a las
de los muy diversos organismos llamados imprecisamente vegetales. La
célula vegetal es aquella que se muestra en las plantas y que ayuda a
las plantas a vivir
Lo cierto es que las células adultas de las plantas terrestres, que trata de describir este artículo, presentan rasgos comunes, convergentes, con las de otros organismos sésiles, fijos al sustrato, o pasivos, propios del plancton, de alimentación osmótrofa, por absorción, como es el caso de los hongos, pseudohongos y de muchas algas. Esos rasgos comunes se han desarrollado independientemente a partir de protistas unicelulares fagótrofos
desnudos (sin pared celular). Todos los eucariontes osmótrofos tienden a
basar su solidez, sobre todo cuando alcanzan la pluricelularidad, en la
turgencia,
que logran gracias al desarrollo de paredes celulares, resistentes a la
tensión, en combinación con la presión osmótica del protoplasma, la
célula viva. Así las paredes celulares son comunes a los hongos, y
protistas de modo de vida equivalente, que se alimentan por absorción
osmótica de sustancias orgánicas, y a las plantas y algas, que toman
disueltas del medio sales minerales y realizan la fotosíntesis.Y también
cabe objetar que no tienen centriolos en su interior ya que es solo
perteneciente a las células animales.
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